Personas en situación de calle sufren con incertezas en Curitiba

por Allanis Bahr Menuci
Personas en situación de calle sufren con incertezas en Curitiba

Falta de estructura correcta para la prevención del virus, impacto financiero y amenazas de desalojo son parte de la realidad de muchas familias en la ciudad

Por: Guilherme Araki / Tradução: Allanis Menuci

 

En medio de la pandemia, ocupaciones irregulares siguen creciendo según la Companhia de Habilitação Popular de Curitiba (Cohab). Según la agencia, la capital de Paraná tiene cerca de 40 mil familias instaladas en 453 ocupaciones dispersas por la ciudad. Son residencias donde las familias no tienen el título de los lotes y no hay un plan de adjudicación aprobado.

 

La búsqueda por ocupaciones irregulares puede ser explicada por el número récord de desempleo en el país. De acuerdo con IBGE, la tasa media anual de desempleo en 2020 fue de 13,5% (13,4 millones de personas), la más grande desde el inicio de la serie histórica en 2012. Todavía, la duda acerca de la permanencia también es grande. Según la pesquisa nacional de la Campanha Despejo Zero, 6.373 familias tuvieron que dejar sus casas en ocupaciones irregulares entre marzo y agosto de 2020. Eso es igual a 34 nuevas familias sin casa diariamente.

 

El 17 de diciembre de 2020, fueron arrojadas cerca de 300 familias en un único movimiento de recuperación de posesión en la Ocupação Nova Guaporé, situada en la Ciudad Industrial de Curitiba (CIC). La ocupación estuvo en el sitio desde octubre. Después del desalojo, las familias fueron a otra localización, el en barrio Campo Comprido, nombrado como Nova Guaporé 2. 

 

“Hubo un crecimiento en el número de casas debido al desempleo”, informa Gabriel Martins, residente de Nova Guaporé. “Somos víctimas de los comercios y compañías que están quietos y cerrando las puertas. Los autónomos sufren por no poder ir a trabajar. Personas con mejores condiciones financieras fueron tocados con nuestra causa y abrieron los corazones con donaciones y ayuda comunitaria, pero el gobierno está dejando mucho que desear por no preocuparse con la población necesitada”, completó el residente.  

 

Además del racionamiento de agua, recurrente en la ciudad durante la pandemia, los residentes de Nova Guaporé quejan sobre la falta de condiciones sanitarias para la prevención del coronavirus. La Cohab admite falta de estructura en áreas ocupadas recientemente, cosa que, según la organización, no pasa en locales que las familias llegaron hace más tiempo, donde el poder público ha previsto la instalación de mejoras. 

 

La Vila Joanita, localizada en el área de especulación inmobiliaria en Tarumã, sufre inundaciones después de lluvias fuertes. En enero, muchas casas inundaron y familias tuvieron que pedir donaciones de ropas, colchones y comida. Doña Junia, una de las líderes de la ocupación habla sobre la dificultad de proveer una estructura necesaria: “Nosotros estamos luchando desde 2014 para que el ayuntamiento regularice de alguna manera, pero eso no pasa. Ellos han intentado por muchos caminos sacarnos de aquí, pero hicimos muchos movimientos por residencia, y fue lo que fortaleció la Vila”. 

 

También en CIC, residentes del sitio conocido como “Nova Caiuá”, ubicada en el suelo propiedad del Ayuntamiento, sufrieron desalojo en la mañana del 7 de diciembre. Cerca de 300 familias fueron comunicadas de que tenían 30 minutos para dejar la localización y afuera fueron dispersados por la Guardia Municipal con pelotas de goma, bombas de gas lacrimógeno y spray de pimienta. Ellos no pudieron volver para recoger sus pertenencias. La regularización de estos sitios puede llevar años y décadas. “El proceso de ocupación generalmente es hecho de manera desordenada y, por eso, no son cumplidas las normas urbanas del municipio”, explica Cohab. “La regularización permite la absorción de estos sitios a la ciudad formal. Esto necesita de una aprobación del plan de adjudicación y, al final, el título de los residentes, concluye.

 

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